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VOCALES
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CONSONANTES
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ɲ p r ɾ ɾ̥ s
s̪̬ t d͡ʒ t͡ʃ ʃ
mpalacios.sierra@gmail.com

Las vocales

Progreso Tópico:

› Ejercicio detonador

1- Pronuncia la secuencia ieaou varias veces y sin pausas. Intenta hacerlo cada vez más rápido.

2- Ahora, ve el segundo video en el que se pronuncian las cinco vocales en el orden tradicional (a, e, i, o, u).

3- Describe el movimiento de los labios, la actividad de la mandíbula y la posición de la lengua en cada una de las secuencias.

Reflexiona:

-¿Qué diferencias observas respecto a la pronunciación de ieaou frente a aeiou?

-¿Cuál orden resulta más natural de pronunciar?

Las Vocales

Como es bien sabido el sistema fonológico del español se caracteriza por tener cinco fonemas vocálicos: /i/, /e/, /a/, /o/, /u/.  Los especialistas señalan que las vocales son orales, ya que cuando se articula su sonido el velo del paladar permanece adosado a la faringe haciendo salir el aire por la boca. Un rasgo distintivo de las vocales del español es que al realizarse no existe ninguna obstrucción que impida la salida del aire por la cavidad oral; además de ser fonemas sonoros, pues cuando se producen las cuerdas o pliegues vocálicos vibran.

Una de las características que particulariza a las vocales del español es el lugar o zona en que se articulan. “Si se considera la zona de articulación labial, los segmentos /o/ y /u/ poseen el rasgo [+ redondeado], porque los labios deben adoptar una configuración adelantada para realizarlos” (RAE, 2011, p. 77). En tanto que los fonemas /i/, /e/ y /a/ suele considerarse que son [- redondeados], algunos estudiosos señalaban que tenían el rasgo [+alargado] dado que los labios adoptaban una configuración de estiramiento a los lados; sin embargo, la Nueva gramática de la RAE no señala dicha característica.

“Desde el punto de vista de la actividad articulatoria realizada en la zona dorsal, /i/ y /u/ presentan el rasgo [+ alto] debido a la posición elevada de la lengua durante su pronunciación. Los segmentos /e/ y /o/ poseen los rasgos [-alto] y [-bajo] ya que la lengua está situada en una posición intermedia en la cavidad bucal cuando se realizan estas vocales. El segmento /a/ presenta el rasgo [+bajo], debido a que la lengua está localizada en la parte más baja de la cavidad bucal” (RAE, 2011, p. 79). Si se considera el movimiento de la lengua cuando se pronuncian las vocales /i/ y /e/ se señala que poseen el rasgo [-retraído] porque la lengua está situada en la parte anterior de la cavidad bucal cuando se realizan estas vocales, por ello los estudiosos suelen decir que las vocales /i/ y /e/ son vocales anteriores, en tanto que las vocales /a/, /o/y /u/ poseen el rasgo [+retraído], “pues la lengua está situada en la parte posterior de la cavidad bucal durante su pronunciación” (RAE, 2011, p. 79). Se suele caracterizar las vocales /o/ y /u/ como vocales posteriores.

Para resumir, si revisamos la literatura existente encontraremos que las vocales se suelen definir por:

  1. El lugar de articulación, anterior: /e/, /i/; media: /a/, o posterior: /o/, /u/. Las vocales /e/, /i/ reciben también el nombre de palatales por articularse en la zona del paladar duro, frente a /o/, /u/, llamadas velares por articularse en la zona del velo del paladar; estas últimas están labializadas, aunque la /o/ en menor grado que la /u/.
  2. Modo de articulación (abertura de la boca en el momento de articularlas): abierta o alta, si la lengua se encuentra bastante alejada de la bóveda palatal: /a/; media, si la lengua se encuentra separada de la cavidad palatal: /e/, /o/, y cerrada o baja, si la lengua permanece muy próxima a ésta: /i/, /u/.

Es necesario tomar en cuenta las características articulatorias de las vocales pues éstas estarán relacionadas con el análisis acústico que se puede realizar. Primero, debemos recordar que los criterios que se consideran son: la abertura oral o altura y la posición de la lengua (para algunos estudiosos el desplazamiento o movimiento). La abertura se determina debido a la posición elevada de la mandíbula inferior. Por ello en el español, la vocal que se realiza abriendo más la boca es la /a/, las que presentan menor abertura son la /i/ y /u/ y aquellas que tienen grado intermedio son la /e/ y /o/. Los estudiosos suelen nombrar las primeras como vocales cerradas o altas, en tanto que la /e/ y /o/ suelen llamarse vocales medias y la /a/ vocal baja.  Como se ha visto, la posición de la lengua permite diferenciar las vocales, pues “cuando el predorso de la lengua se aproxima a la región anterior de la cavidad oral (el paladar duro), se articulan vocales anteriores [i] y [e]. Cuando el postdorso de la lengua se retrasa hacia la parte posterior (el velo del paladar), se realizan vocales posteriores [o] y [u]” (RAE, 2011, p. 80).

Como hemos señalado, existe una relación entre los aspectos articulatorios y la descripción acústica de los segmentos vocálicos. Cuando se realiza el análisis a través de un espectograma podemos observar que el primer formante (F1) “parametriza” la abertura de la cavidad oral, es decir, cuanto más se abra la cavidad oral más alto será el valor que aparezca de dicho formante, por lo que se espera que la frecuencia más alta la presente la vocal [a] y los valores más bajos las vocales [i] y [u] pues son vocales que se articulan con la cavidad oral más cerrada. El valor para el segundo formante (F2) se correlaciona con la posición de la lengua, ya sea anterior o posterior. Su frecuencia es mayor cuanto más anterior sea la articulación de la vocal. Por ello, la vocal que presente un valor mayor en este formante es la [i], después la [e], la [a], la [o] y finalmente la [u].

En el apartado del curso correspondiente a la Fonética abordaremos con más detalle esto. Como veremos el triángulo vocálico de Hellwag, quien hizo uno de los primeros acercamientos a la descripción articulatoria de las vocales, representa gráficamente la abertura bucal. Si nosotros hacemos el ejercicio de poner en una carta de formantes los valores obtenidos de la emisión de las vocales del español, podremos obtener un gráfico parecido.

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E. Martínez Celdrán. (1984). La emisión del sonido. En Fonética: con especial referencia a la lengua castellana. Barcelona: Teide, pp. 75-82.

2.3. La emisión del sonido1

Todos los autores2 destacan, en primer lugar, que la voz humana es una función secundaria inserta sobre el aparato respiratorio y las cavidades bucales y nasales; es decir, todos los órganos que utilizamos en la producción del habla no tienen como principal misión este cometido; sin embargo, en el devenir de los tiempos, se ha convertido en un hecho principalísimo en la vida del hombre, que tiene per se la necesidad de comunicarse con su entorno. Así pues, las cuerdas sólo pueden recibir el nombre de vocales porque en realidad su principal objetivo es emitir la voz, es decir el sonido capaz de impresionar el oído y transportar un mensaje comunicativo.

2.3.1. Anatomía y fisiología del aparato fonador

El aparato fonador tiene tres partes fundamentales: las cavidades infraglóticas, la cavidad glótica o laríngea y las supraglóticas (Fig. 39). Los nombres indican que la glotis la colocamos en el centro de todo el aparato fonador; con todo no es el elemento más importante, ya que la glotis es sólo la oquedad que hay entre las cuerdas vocales.

Las tres grandes cavidades tienen una importancia desigual en la producción del habla. Podríamos decir que dicha importancia va de menor a mayor en el orden expuesto; no obstante, las tres son imprescindibles. De faltar una, ya no sería factible la voz y, por lo tanto, el medio más útil y cómodo que el hombre tiene para comunicarse. Hay que pensar que los restantes medios comunicativos son sólo auxiliares y que la movilidad, presteza y disponibilidad que el habla concede al hombre, le ayuda al desarrollo de su propia inteligencia. En realidad el habla ha sido a la inteligencia humana lo que los números árabes a las matemáticas modernas; ¿cómo podrían haberse desarrollado éstas hasta tal punto con los números romanos, por ejemplo? El habla es un vehículo tan ágil para el pensamiento que sin él es impensable toda la creatividad humana literaria, filosófica, científica, etc. Por ello, algo que nació como función secundaria de unos órganos del cuerpo, que tienen prioritariamente otras funciones vitales, se convierte en la vida moderna en un hecho de tanta importancia vital como lo es la comunicación.

2.3.1.1. Las cavidades infraglóticas

Las cavidades infraglóticas están compuestas de diafragma, pulmones, bronquios y tráquea. Lo importante de esta zona de la producción del sonido es la respiración externa y, de ésta, sobre todo su segundo tiempo: la espiración. Aunque también podemos producir sonido con aire inspirado, como más adelante tendremos ocasión de ver, de hecho la mayoría de lenguas sólo aprovechan la corriente espiratoria y aquellas que tienen algún sonido con aire inspirado, poseen la mayor parte de sus elementos fónicos producidos con aire espirado.

Así, una vez llenos los pulmones de aire, el diafragma los comprime haciendo que el aire sea expelido con la fuerza y el ritmo que necesitamos en la fonación. El diafragma es un tabique muscular que se sitúa entre la cavidad torácica y los órganos del vientre. Tiene forma de cúpula y, con la contracción de las fibras del músculo, la cúpula se aplana de tal modo que la caja torácica se ensancha. La relajación de las fibras estrechará la cavidad torácica e impulsará la salida de aire (Figura 40). De aquí la importancia que este músculo tiene para la respiración.3

Los pulmones son sólo el almacén de aire, en la inspiración se llenan y en la espiración lo expulsan. Claro está que en la respiración normal siempre queda un residuo de aire y tampoco llegan a llenarse por completo; sólo en los movimientos enérgicos de los dos momentos respiratorios se alcanzan máximos y mínimos de este almacenaje de aire.

Los bronquios y la tráquea sólo son tubos de salida y entrada de aire y su función es la conducción. Naturalmente nosotros nos limitamos a nombrar todos estos órganos en virtud de su participación en la producción del sonido y bajo este punto los estudiamos; cualquier otro aspecto queda fuera de nuestro objetivo actual.

2.3.1.2. Cavidad glótica o laríngea

La cavidad glótica, también llamada laríngea, porque es la laringe su elemento constitutivo. Ésta es una caja cartilaginosa situada al final de la tráquea. Es móvil, ya que se puede ascender y descender, aunque su posición habitual esté en la parte inferior. En la deglución, podemos notar cómo la nuez sube y baja, según pasa el bolo alimenticio hacia el esófago.

La laringe se compone de cuatro cartílagos fundamentales. En la parte inferior, sobre el último anillo cartilaginoso de la tráquea, se asienta el cricoides. Este cartílago es delgado en su parte anterior y ancho en la posterior y tiene forma de sortija o sello.

El tiroides está situado por encima del cricoides y en la parte anterior de la laringe, se suele conocer con el nombre de nuez o bocado de Adán. Tanto en su parte interior como en la superior tiene unos apéndices llamados cuernos. En su parte interior central sujeta los extremos anteriores de las cuerdas vocales. Y en la parte posterior, situados sobre los cuernos del cricoides se sitúan dos cartílagos en forma de L: las aritenoides. Éstos sujetan por su apófisis vocal sendos extremos posteriores de las cuerdas y sus apófisis musculares se sostienen sobre el cricoides. Poseen una gran movilidad, gracias a la cual las cuerdas podrán tener todo tipo de movimiento (Fig. 41).

 

«Los distintos cartílagos de la laringe están conectados entre sí mediante músculos estriados, que tienen distintas funciones: por ejemplo, permiten al cartílago tiroides inclinarse en relación al cartílago cricoides y, girar o moverse a los aritenoides acercándose a los otros. Cuando se produce el sonido, el cartílago tiroides es atraído hacia delante de modo que las cuerdas vocales se alargan y tensan y los aritenoides giran ligeramente hacia los otros estrechando la glotis.» (Fig. 42).2

En el libro seguimos conservando el nombre de las cuerdas a pesar de la impropiedad del vocablo, pero la fuerza de la tradición hace que lo mantengamos, aunque precisando su verdadera constitución. Los libros de fisiología las llaman repliegues vocales, de hecho son dos músculos que están situados en el área inferior de las bandas ventriculares como se aprecia en la figura 43.


Las bandas ventriculares y las cuerdas vocales dividen la cavidad laríngea en tres compartimentos:

  • Uno superior o vestíbulo laríngeo, situado por encima de las bandas ventriculares y que tiene la forma de un embudo que se estrecha de arriba abajo;
  • Uno medio, comprendido entre los bordes libres de las cuerdas vocales;
  • Uno inferior, que se extiende desde las cuerdas vocales hasta la tráquea, agrandándose de arriba abajo.5

En el medio se sitúan las verdaderas cuerdas vocales que son los repliegues que tomar parte en la fonación, y las falsas cuerdas, que son las bandas ventriculares que están situadas por encima de las verdaderas. Entre ambas se abre un divertículo, llamado el ventrículo de Morgagni (Fig. 44).

La glotis, como ya se indicó, es el espacio triangular que dejan las cuerdas vocales. Podemos distinguir dos clases de glotis; la glotis interligamentosa que es la que encontramos a lo largo de las cuerdas vocales, y la intercartilaginosa, que hallamos sólo en la zona posterior que se sitúa entre la apófisis vocales de los aritenoides.6 (Fig. 45)

La laringe acaba en la epiglotis, que es una válvula en forma de lengüeta que cierra la entrada a la laringe en la deglución de los alimentos. A partir de aquí comienzan las cavidades supraglóticas.

2.3.1.3. Cavidades supraglóticas

Cuando el aire, en una vibración, sale de la laringe se encuentra, en primer lugar, con la cavidad faríngea, situada entre la pared posterior llamada faríngea y la raíz de la lengua en la parte anterior. Por arriba, está la úvula y la entrada a dos cavidades diferentes: la nasal y la bucal.

En la boca, desde el interior al exterior, está la úvula que es el apéndice final del paladar blando o velo del paladar. La úvula, como todo el velo, es móvil, por lo que podrá unirse a la pared faríngea cerrando el paso del aire hacia la cavidad nasal o, por el contrario, puede dar caída con lo que el aire saldrá también por el conducto rinofaríngeo. A continuación encontramos el paladar duro, alveolar e incisivos superiores. Estas tres partes son órganos pasivos en la producción del sonido, ya que no tienen ninguna movilidad. En cambio, la lengua juntamente con el maxilar inferior y los labios, son órganos enormemente activos, además del velo del paladar.7 (Fig. 46)

Muchos libros hablan de cuatro cavidades supraglóticas: faríngea, nasal, bucal y labial.8 Pero en realidad, en la boca las cavidades son múltiples gracias a la gran movilidad de la lengua. Así como la cavidad nasal no se puede modificar de ninguna manera, la cavidad bucal, en cambio, puede ser modificada en cada movimiento lingual, puesto que se traducirá en una posición articulatoria diferente, que implica una nueva cavidad. Si entendemos por cavidad un «espacio hueco dentro de un cuerpo cualquiera»9 evidentemente se puede hablar de cavidad bucal en sentido general, pero también de cavidades que ya el espacio hueco se cambia cada vez que la lengua adopta una postura diferente.

1 Martínez Celdrán, E. (1984). La emisión del sonido. En Fonética: con especial referencia a la lengua castellana (pp. 75-82). Barcelona: Teide.

2 Puede consultarse la siguiente bibliografía fundamental sobre el tema: FRY, D.: The Physicis…; GARDE.: La voz…; MALMBERG, B.: Les domaines…y PIALOUX, P. et alt.: Manual de…; Straka, G.: Les sons…

3 Vid. Perelló, J.: Fisiología…, p. 201, Pialoux, P.: Manual de…, p. 75 y ss. Sobre la importancia de la respiración, véase especialmente Straka, G.: Le sons…, pp. 29 y ss.

4 Perelló, J.: op. cit., p. 251

5 Garde, E.: La voz…, p. 20.

6 Pialoux, P.: op, cit., pp. 79 y 82; sigue a Zemlin. Y Straka: op.cit., p. 44 y ss.

7 Pialoux, P.: op. cit., p. 88 y ss.

8 Malberg, B.: La fonética…, pp. 33 y 34.

9 Casares, J.: Diccionario…, p. 171.

 

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